Como ya sabéis durante estas semanas de verano el blog está un poco apartadito porque no le puedo dedicar todo el tiempo que necesita. Estas semanas están siendo para dedicarlas 100% a valentina, al amore y al verano.
Peeeeero como tampoco quiero dejaros olvidadas he recuperado un Post que escribí hace unos meses para el blog de Petit Oh, que seguro que arrancará una sonrisa a más de una!
Espero que os guste, a seguir disfrutando bajo las cocoteras....
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Sí, amiga que me estás leyendo y que todavía no te has decidido a
lanzarte al apasionado mundo de la maternidad. Hay cosas que no te han contado
y que debes saber.
De hecho creo que forma parte de un complot mundial, compartido
por todas las mujeres con el fin de la supervivencia de la especie.
¡Ay amigas! Si alguien nos contara del cierto toda la verdad y
nada más que la verdad sobre el embarazo creo que alguna se lo repensaba y se
quedaba por el camino.
Dentro de la cabeza de toda mujer (y yo me incluyo) siempre nos
imaginamos el embarazo como una etapa cálida y tranquila: la dulce espera de
nuestro retoño. Nos imaginamos que estaremos estupendas con una barriguita
redonda y echada para adelante, que haremos yoga y que desayunaremos con otras
mamis igual de preciosas que nosotras. Pero no. Eso solo pasa en nuestra cabeza
y en los anuncios de la tele.
Así que hoy me he dispuesto, en clave de humor, a relatar todas
aquellas cosillas, tonterías, anécdotas, algunas más llevaderas y otras menos,
que son la realidad del embarazo. Alguna tiene la suerte de solo pillar dos o
tres y otras se llevan la palma, pero tranquilas, al final rendimos cuentas
todas. Decídmelo a mi, que disfruté de un embarazo bastante bueno y después me
estampé en el puerperio!
1 Las archi-conocidas nauseas matutinas: que pueden ser matutinas o pueden ser “nauseas-detodoeldía”. Mi
madre, que padeció de las primeras, siempre me contaba que descubrió que
levantándose y bebiéndose un vaso de leche, vomitaba todo lo que el cuerpo le
pedía, y ya se quedaba tranquila todo el día. Quién sabe, a lo mejor a alguien
más le sirve.
2 Los ardores: De estos me los llevé
yo todos tranquilas! Y no sufráis, el dicho de toda abuela “si tienes ardores
te saldrá pelud@”, es mentira. Yo tuve ardores durante toooodo el primer y el
tercer trimestre, y me salió una niña pelada como una bola de billar!
3 Las rampas nocturnas: es exagerado.
De golpe tu estás durmiendo cual marmota y te despiertas de golpe notando como
todo el gemelo se te sube hacia arriba. Alguna noche yo había llegado hasta a
oír como se subían… La primera noche que me pasó, del grito que pegué, el amore
se pensó que estaba de parto!
4 Hambre por dos no, por cuatro: suerte
tuve de pillar el hambre en el último trimestre, porque sino juro que hubiera
sido más fácil saltarme que rodearme, que podría haberme cogido de las rodillas
y rodar colina abajo. Madreeee! Te coge un hambre que podrías comerte una vaca,
con pelo y todo!
5 Imposibilidad de comprar ropa decente: Aquí hay un vacío importante y un negocio con éxito asegurado.
Siempre le digo al amore que un día me despertaré y montaré una empresa de ropa
premamá. A ver, que estamos embarazadas, no cumpliendo condena!! Parece que
tengamos que ir vestidas como pordioseras. Al final todas acabamos con lo
mismo, con los leggins y la camiseta de rayas a lo marinero. Os doy un consejo
que me dieron a mi, si como yo sufrís el embarazo de invierno: odiaréis el
jersey y/o abrigo que os pongáis porque siempre os veréis igual, así que si tenéis un abrigo que os guste
mucho, guardadlo para el invierno siguiente.
6 Los tobillos de elefante: es
bochornoso. Yo me los miraba y no daba crédito. Miraba fotos mías del verano
pasado para decir: ¡ves! ¡Ves como los tengo hinchados!
7 Over-booking de hormonas: no saben dónde meterse. La placenta es como un generador (sin el
como) que va esparciendo por doquier hormonas. Te salen a borbotones. Lo más
curioso es que los padres (los machos) empatizan mogollón, hasta el punto de
llegarnos a emocionar por pelis ñoñas de domingo por la tarde solo por el
simple hecho de que apareciera un parto!
8 La próstata de un abuelete: tomároslo
como un ensayo de la de veces que os vais a levantar cuando vuestro retoño. La
única diferencia es que durante el embarazo os levantaréis medio sobadas y
volveréis a la cama para dormiros al minuto. Cuando vuestro retoño haya nacido,
la cosa no será de minutos…
9 Olfato del reino animal: es
increíble. Yo una vez olí una cebolla podrida en el fondo del cajón, lo juro.
Un familiar me dijo una vez que es un instinto que desarrollamos para no
intoxicarnos y hacer daño al bebé. La naturaleza es muy sabia. Por lo tanto, si
estáis embarazadas no es un buen momento para pasearse por mercados de
Marrakesh o ir a la lonja a fer la subasta de pescado.
10 Y… te volverás una
compradora compulsiva! Y esto no es ningún mal.
Cuando estás embarazada te vuelves loca buscando tiendas, cuentas de Instagram,
artesanos, todo lo relacionado con el mundo infantil. Y des de que se
inventaron las compras online, ya es la bomba! Creedme, os haréis amigas del
mensajero.
Pero… Y siempre hay un pero, y esto seguro que SÍ que os lo han
dicho, y es algo en el que tooodas las madres del mundo mundial estamos de acuerdo,
MERECE LA PENA. El día que tienes a tu bebé en brazos se te olvida todo, luego
empieza otra aventura pero eso no viene a cuento ahora.
Y no quisiera acabar sin antes deciros que viváis de una manera plenamente
consciente vuestro embarazo, que no lo sintáis como un trámite o una espera
para llegar al destino de la maternidad. Disfrutad de los 9 meses (todo lo que
los 10 puntos anteriores os dejen), fotografiadlo, amadlo, escribidlo,
compartidlo, lo que queráis, pero disfrutad al máximo de esos 9 meses, nunca
sabréis si volverán a repetirse!
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